A la hora de adquirir una vivienda en propiedad, una de las incógnitas es saber con qué modalidad de préstamo vamos a financiar dicha compra: ¿préstamo a tipo fijo, o a tipo variable?
Nosotros, como bufete de abogados de Pamplona, seríamos muy atrevidos si aconsejáramos sobre una u otra modalidad; pero lo que sí podemos hacer, dada nuestra experiencia en Navarra en este sector, es señalar ventajas e inconvenientes de una y otra modalidad. No en vano, la llevanza de asuntos de cláusula suelo, o de procedimientos de desahucio, por ejemplo, está íntimamente relacionada con hipotecas que aparentemente son a tipo variable.
La ventaja más clara que nos ofrece –a día de hoy – la hipoteca a tipo variable es el escaso importe que van a tener nuestras primeras cuotas, pues nos hallamos en un escenario de tipos bajista (con el Euribor en mínimos históricos, por debajo del 0%; véase el histórico del Euribor). Por tanto, esta modalidad de préstamo puede resultarle interesante a quienes tengan pensado amortizar todo el préstamo en pocos años (5-10 años), por prever hacer amortizaciones anticipadas.
No obstante, la hipoteca a tipo fijo ofrece otras ventajas a considerar. Si estamos pensando en solicitar un préstamo para muchos años (20-30 años) y no queremos vernos afectados por los cambios de ciclo económicos, el préstamo a tipo fijo sería nuestra opción; puesto que si no tenemos pensado amortizar rápidamente el préstamo, vamos a estar pagando cuotas durante muchos años, tiempo suficiente para que haya fases expansivas de la economía (donde el interés Euribor subirá, y por tanto nuestra cuota hipotecaria sería más alta a tipo variable, no así con tipo fijo), y fases recesivas (donde el interés bajaría con el tipo variable, pero no con tipo fijo). Como inconveniente, señalar que a día de hoy, quien pida un préstamo en esta modalidad va a pagar más (al menos los primeros años) que quien pida un préstamo a tipo variable.
El momento económico actual es confuso, puesto que seguimos con tipos propios de la crisis económica (el Euribor llegó a alcanzar el 4,5% hace menos de quince años, y hoy está en registros negativos), pero hay una –al menos aparente –recuperación de la economía. Hay partidarios del tipo variable que afirman que la economía se esta ‘Japonizando’, y por tanto este tipo en negativo se va a mantener durante décadas, como sucedió en el país asiático. Pero si esta teoría no se cumple, todo indica que el tipo va a subir en algún momento. La serie histórica del Euribor ha oscilado entre un 0% y un 4,5%, por lo que ahora nos hallamos, reiteramos, en mínimos históricos.
Al margen de las posibilidades que nos da la nueva ley hipotecaria para cambiar de tipo de préstamo (de fijo a variable y de variable a fijo), o que siempre podemos cambiar de entidad financiera “a mitad de partido” –si no hay impagos –conviene tener en cuenta estas cuestiones y consultar indicadores económicos antes de tomar esta decisión tan trascendental. De lo contrario, podéis llegar a veros obligados a consultar a un abogado, por no poder atender las cuotas. En este sentido, baste recordar que los profesionales tenemos mucho mayor margen antes de que firméis las escrituras que después.